Baleares, cerca de convertirse en la nueva Lampedusa: el archipiélago ha recibido más de 4.000 inmigrantes ilegales en lo que va de año, la mayoría magrebíes

Mientras el PSOE y el PP alientan el efecto llamada.

Las Islas Baleares enfrentan un colapso sin precedentes ante la llegada masiva de inmigrantes ilegales, con un total de 33 embarcaciones con más de medio millar de inmigrantes (542) en solamente tres días.

La mayoría de los inmigrantes, predominantemente magrebíes, han llegado a Cabrera, Formentera y Mallorca, desbordando a las autoridades locales, que denuncian un «caos total» ante la falta de recursos y una respuesta efectiva del Gobierno central. 

Sumando estas llegadas a las 3.600 ya contabilizadas hasta el 3 de agosto de 2025, según fuentes de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras de la Policía Nacional, el total de inmigrantes ilegales llegados a Baleares en lo que va de año asciende a más de 4.000. Esta cifra refleja un incremento alarmante en comparación con años anteriores.

La magnitud de esta oleada migratoria no es ninguna sorpresa. Como ya advirtió LA GACETA en sus publicaciones, la ruta argelina hacia Baleares se ha consolidado como una alternativa a la tradicional vía de Lampedusa, en el sur de Italia. La intensificación de los controles por parte del Gobierno italiano de Giorgia Meloni, junto con una mayor colaboración con las autoridades de Libia, Egipto y Túnez, ha desviado los flujos migratorios hacia España, donde la inacción del Gobierno de Pedro Sánchez ha permitido que Baleares se convierta en un nuevo epicentro de la inmigración ilegal en Europa.

Fuentes policiales confirman que las embarcaciones parten principalmente desde las áreas argelinas de Orán, Zeralda, Argel, Boumerdés, Dellys y Tipasa. La diversidad de nacionalidades entre los inmigrantes ilegales, con un notable aumento de somalíes (más de 1.000 contabilizados en 2025), refleja el cambio en las rutas migratorias. Tradicionalmente, los somalíes optaban por la ruta libia para llegar a Italia, pero los controles reforzados en el Mediterráneo Central han empujado a estos flujos hacia Baleares, consolidando al archipiélago como una vía alternativa de entrada a Europa.

La ruta argelina no sólo ha crecido en volumen, sino que ha diversificado su composición. Además de los tradicionales inmigrantes argelinos, que representan la mayoría de las llegadas (más de 2.700 según FRONTEX), se observa un aumento significativo de subsaharianos, somalíes, sirios y hasta bangladesíes. Este cambio refleja la presión ejercida por las mafias, que aprovechan la falta de controles efectivos en las costas argelinas y la permisividad en España para operar con impunidad. Las denominadas «pateras-taxi», embarcaciones rápidas que realizan el trayecto desde Argelia en apenas seis horas, han multiplicado su presencia, especialmente en Ibiza y Formentera, donde se concentra más del 50% de las llegadas.

La comparación con Lampedusa es inevitable. Mientras Italia ha implementado medidas contundentes, incluyendo acuerdos con países del norte de África, España carece de una estrategia clara para contener la inmigración ilegal. La ausencia de acuerdos de devolución con Argelia y la falta de medios materiales, como el prometido Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) en Formentera, agravan la situación. El ritmo actual sugiere que el archipiélago puede cerrar el año con entre 12.000 y 14.000 inmigrantes ilegales, superando con creces los récords anteriores.

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