
Sánchez insiste en culpar al cambio climático de los incendios que abrasan España.
El presidente vuelve a olvidarse de 100 investigados o detenidos por iniciar estos fuegos.
La ola de incendios que arrasa el oeste de España ha desatado una tormenta política. Pedro Sánchez, de vacaciones en La Mareta durante los primeros días de la crisis, reapareció este domingo para dar explicaciones.
Sus palabras no han calmado los ánimos. Al contrario, han encendido aún más la indignación.
Hoy, desde Extremadura, Pedro Sánchez ha vuelto a señalar directamente al cambio climático, y ha puesto como ejemplo a los ganaderos. Asegurando que ellos mismos son conscientes de ese cambio.
El presidente atribuyó los fuegos al cambio climático. Ignoró un dato clave: ya hay 110 personas detenidas o investigadas como presuntos responsables de los incendios. Una cifra que desmonta, al menos en parte, el discurso oficial.
El mensaje de Sánchez ha provocado un aluvión de críticas en redes sociales como X. Muchos usuarios le reprochan haber pasado por alto a los presuntos pirómanos para insistir en una agenda política. Y es que, en su intervención, el jefe del Ejecutivo aprovechó para anunciar un “gran pacto de Estado” contra el cambio climático.
El anuncio sonó a oportunidad política más que a respuesta a una emergencia real. Los afectados lo han percibido como una falta de sensibilidad. Familias enteras han perdido casas, campos y ganado, mientras el presidente centraba su discurso en impulsar una estrategia global que, de momento, no apaga fuegos.
Las críticas también apuntan a otra realidad. Las políticas de la Agenda 2030, defendidas por Sánchez, han debilitado el tejido rural. Ganaderos y agricultores denuncian que las restricciones medioambientales los obligan a abandonar sus oficios.
Sin ellos, los montes quedan desatendidos. Menos pastoreo significa más vegetación seca acumulada. Más combustible para el fuego.
La paradoja es evidente. Mientras el presidente culpa al cambio climático, son sus propias políticas las que han dificultado la prevención.
La despoblación rural y el abandono del campo son factores decisivos en la propagación de los incendios. Y muchos señalan directamente a la Agenda 2030 como causa de este abandono.
El malestar crece. En los pueblos afectados, la gente no entiende cómo, con más de un centenar de sospechosos identificados, el discurso oficial se centra en el clima y no en los responsables directos. Tampoco entienden por qué el Gobierno no refuerza la prevención con más apoyo a las comunidades rurales.
Una imagen que da que hablar
La imagen de Sánchez tampoco ha ayudado. Su aspecto físico en esta última comparecencia ha generado comentarios. Se le vio más envejecido, con signos claros de desgaste.
En redes sociales, algunos lo interpretan como reflejo de un presidente agotado, desconectado de la realidad de la calle.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, acompañó al presidente en la comparecencia. Sus gestos llamaron la atención y fueron objeto de burla en X. La puesta en escena del Gobierno, lejos de reforzar el mensaje, terminó por debilitarlo.
En definitiva, España arde mientras el Gobierno insiste en señalar al cambio climático. La realidad, sin embargo, muestra otra cara: más de 100 sospechosos bajo investigación y unas políticas que han dejado al campo indefenso. El contraste no podría ser mayor.